
"THE PRESTIGE" (EE. UU. / U.K. 2006). Dirección: Christopher Nolan. Duración: 128 min. Guion: Jonathan Nolan y Christopher Nolan. Intérpretes: Hugh Jackman, Christian Bale, Michael Caine, Scarlett Johansson, David Bowie, Andy Serkis, Piper Perabo, Rebecca Hall, Samantha Mahurin.
Calfificación: CAR LOST
Ante un nuevo filme de magos de fines del siglo XIX es inevitable pensar en su más cercana competidora, El Ilusionista, y caer en odiosas comparaciones. Por fortuna, ambos filmes se diferencian bastante y la nueva obra del director de Memento y Batman Inicia toma distancia ya que es más ambiciosa y, por lo tanto, intenta ser menos obvia, pero no por ello el resultado es completamente satisfactorio.
The Prestige, o El Gran Truco, es la historia de dos magos, antes amigos y ahora rivales, que entablan una verdadera batalla en pos de conseguir el truco más elaborado y perfecto. El guión presenta la rivalidad y la forma en que ambos intentan, sucesivamente, vengarse uno del otro haciendo fracasar los respectivos trucos de magia.
Nolan sabe de estructuras narrativas atractivas, originales y complejas que requieren que el espectador preste especial atención y que, por sobre todo, se involucre (el montaje es su mayor y mejor arma y este no es la excepción). El filme está construido en base a la premisa de un truco de magia: digamos que intenta ser un truco cinematográfico. ¿Pero que dice exactamente esa sentencia? Que un truco de magia tiene tres parte: la promesa (presentar el objeto en cuestión), el cambio (la transformación de dicho objeto) y, la última y mas importante de todas, el prestigio (la vuelta a la normalidad de dicho objeto). La idea del filme entonces se vuelve atractiva pero termina traicionando los principios básicos de los artesanos del ilusionismo. Pero vamos por partes.
El filme es complejo, sumamente oscuro y atrapante en su primera parte. La promesa del truco es más que seductora: la trastienda de los hacedores del ilusionismo. Y que decir del cambio. El quiebre del film presenta una serie de engaños, apariencias e ilusiones. Así, como todo truco, The Prestige, se construye a partir de fragmentos, que rozan el límite de la realidad y la ficción, y en distintos tiempos. Todo ello para desviar nuestra atención y así evitar develar el truco del director. Y eso no esta mal (la magia tiene ciertas convenciones que todos aceptamos a ojos cerrados y esta no tiene porque ser la excepción). Pero promediando el final, uno sabe que tantas vueltas de tuercas, que en un principio fueron más que originales e interesantes, no pueden conducir a nada bueno. Es que cada una de esos giros, cada secreto revelado se amontonan y se vuelven insostenibles. Nolan, vaya uno a saber porque, toma la decisión de mostrar no solo el resultado, sino también la realización del engaño. La idea de perfeccionamiento del truco termina jugándole en contra, tal como les sucede a sus protagonistas. Por fortuna el resultado no es tan desastroso y Nolan sale airoso. Pero a pesar de ello no se le puede dejar de reprochar el hecho de haber develado todo, o casi todo.
El director busca, pero no encuentra, el prestige mas adecuado para su filme. Omitir la toma final no hubiera solucionado esta falencia, pero quizás hubiera evitado cierto facilismo narrativo. Nolan ya no es el de Memento, aquel que dejaba varios cabos sueltos para que el espectador los atara (igualmente demuestra en cada fotograma que es un director con personalidad y gran oficio)
El filme cuenta con una excelente fotografía y dirección de arte que ilustran una Londres en la que conviven ciencia, técnica y magia. El reparto es brillante y Michael Caine vuelve a entregar una de sus mejores interpretaciones. Otro tanto sucede con Hugh Jackman que deslumbra en un papel muy diferente a los que siempre realiza.
The Prestige puede considerarse un filme con momentos memorables. Cuando vemos magia no buscamos explicaciones, preferimos la duda y la ilusión. Nolan traiciona esto y viola todo tratado de magia al develar no solo los trucos de sus personajes, sino los suyos propios. “Cuando te explican el truco, todo parece tan obvio” dice la esposa de uno de los ilusionista al momento de que este le cuenta los mecanismos de un truco. Dicha frase se aplica a la perfección a este filme.
PERLITAS: El icono pop de los 80 (y amigo de Pixie) David Bowie tiene un papel muy importante en el filme. Es interesante verlo lejos de aquel memorable rolde Laberinto. Otro tanto sucede con Andy Serkis, ex Gollum. Y por último, en un papel muy pequeño, también vemos a Daniel Davis, Niles el mayordomo de La Niñera.
The Prestige, o El Gran Truco, es la historia de dos magos, antes amigos y ahora rivales, que entablan una verdadera batalla en pos de conseguir el truco más elaborado y perfecto. El guión presenta la rivalidad y la forma en que ambos intentan, sucesivamente, vengarse uno del otro haciendo fracasar los respectivos trucos de magia.
Nolan sabe de estructuras narrativas atractivas, originales y complejas que requieren que el espectador preste especial atención y que, por sobre todo, se involucre (el montaje es su mayor y mejor arma y este no es la excepción). El filme está construido en base a la premisa de un truco de magia: digamos que intenta ser un truco cinematográfico. ¿Pero que dice exactamente esa sentencia? Que un truco de magia tiene tres parte: la promesa (presentar el objeto en cuestión), el cambio (la transformación de dicho objeto) y, la última y mas importante de todas, el prestigio (la vuelta a la normalidad de dicho objeto). La idea del filme entonces se vuelve atractiva pero termina traicionando los principios básicos de los artesanos del ilusionismo. Pero vamos por partes.
El filme es complejo, sumamente oscuro y atrapante en su primera parte. La promesa del truco es más que seductora: la trastienda de los hacedores del ilusionismo. Y que decir del cambio. El quiebre del film presenta una serie de engaños, apariencias e ilusiones. Así, como todo truco, The Prestige, se construye a partir de fragmentos, que rozan el límite de la realidad y la ficción, y en distintos tiempos. Todo ello para desviar nuestra atención y así evitar develar el truco del director. Y eso no esta mal (la magia tiene ciertas convenciones que todos aceptamos a ojos cerrados y esta no tiene porque ser la excepción). Pero promediando el final, uno sabe que tantas vueltas de tuercas, que en un principio fueron más que originales e interesantes, no pueden conducir a nada bueno. Es que cada una de esos giros, cada secreto revelado se amontonan y se vuelven insostenibles. Nolan, vaya uno a saber porque, toma la decisión de mostrar no solo el resultado, sino también la realización del engaño. La idea de perfeccionamiento del truco termina jugándole en contra, tal como les sucede a sus protagonistas. Por fortuna el resultado no es tan desastroso y Nolan sale airoso. Pero a pesar de ello no se le puede dejar de reprochar el hecho de haber develado todo, o casi todo.
El director busca, pero no encuentra, el prestige mas adecuado para su filme. Omitir la toma final no hubiera solucionado esta falencia, pero quizás hubiera evitado cierto facilismo narrativo. Nolan ya no es el de Memento, aquel que dejaba varios cabos sueltos para que el espectador los atara (igualmente demuestra en cada fotograma que es un director con personalidad y gran oficio)
El filme cuenta con una excelente fotografía y dirección de arte que ilustran una Londres en la que conviven ciencia, técnica y magia. El reparto es brillante y Michael Caine vuelve a entregar una de sus mejores interpretaciones. Otro tanto sucede con Hugh Jackman que deslumbra en un papel muy diferente a los que siempre realiza.
The Prestige puede considerarse un filme con momentos memorables. Cuando vemos magia no buscamos explicaciones, preferimos la duda y la ilusión. Nolan traiciona esto y viola todo tratado de magia al develar no solo los trucos de sus personajes, sino los suyos propios. “Cuando te explican el truco, todo parece tan obvio” dice la esposa de uno de los ilusionista al momento de que este le cuenta los mecanismos de un truco. Dicha frase se aplica a la perfección a este filme.
PERLITAS: El icono pop de los 80 (y amigo de Pixie) David Bowie tiene un papel muy importante en el filme. Es interesante verlo lejos de aquel memorable rolde Laberinto. Otro tanto sucede con Andy Serkis, ex Gollum. Y por último, en un papel muy pequeño, también vemos a Daniel Davis, Niles el mayordomo de La Niñera.

3 comentarios:
¡Saludos mi amigo que un español intelectual de la crítica de la película localiza!
No puedo seguir mucho de esto que estoy asustado. Sin embargo utilizo el programa del traductor de Babelfish para transferir mis mensajes a usted y para ése soy inmenso agradecido.
¡Usted debe venir y ver mi blog en gledwood2.blogspot.com que tan mucho miro adelante a su visita! Diga lo que usted piensa en mi sitio.
¡Y aquí le está deseando todo el muy la mejor ahora de ...
Gledwood!!
qué bueno encontrarse con el espacio de alguien que sabes que ama el cine, que lo estudia, que lo hace... está lleno de papanatas de dudosa procedencia y elocuencia. Te tomo como mi asesor de cine desde ahora.
Besos
otra cosa ¡qué loco el comentario anterior! ¿de dónde salio? ¡tenés fans de todo el mundo!
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