Afortunadamente pude ver varios filmes. Obvio que me quedaron muchos por ver, pero las fechas de estrenos me lo impidieron. Acá va una pequeña crítica de los filmes más destacados que vi. ¡A tomar nota!
El hombre de la Embajada (de Dito Tsintsadze): El filme muestra la vida de un diplomático que cumple funciones en Georgia. Su vida es rutinaria y se ve alterada ante la irrupción de una niña de la calle de 10 años. Entre los dos se entabla una extraña relación que roza el amor paternal, pero al mismo tiempo da lugar a dobles interpretaciones.
El filme tiene muy buenas intenciones y un planteamiento interesante. Los personajes son complejos y la mayor parte del filme se resuelve inteligentemente mediante la omisión, en especial de las palabras y de acciones obvias. Pero toda comprensión se ve dificultada (desde lo realizativo) ya que la niña luce como un niño y su nombre no es genérico. Y como nunca se la trata o nombra como niña (juega al fútbol con varones, tiene el pelo corto y viste como hombre), el develamiento de su sexualidad hace cambiar abruptamente la concepción que se tenía de la historia. Es una película lenta, pero tiene cierto encanto y atrapa. Tampoco es deslumbrante, pero la intención narrativa cuenta como aspecto destacado.
Quelques Jours en Septembre (de Santiago Amigorena): Esta es la historia de un ex agente de la CIA que ha abandonado, de niña, a su hija en Francia. Al mismo tiempo ha contraído matrimonio en EE.UU. y adoptado como propio al hijo de su nueva esposa. Este agente trabaja vendiendo información a grupos económicos y está a punto de entregar un valioso dato que le puede costar la vida ya que el mismo hará cambiar el panorama político del mundo. Su último deseo es reencontrase con sus hijos, ya adultos, y dejarles una abultada fortuna. Durante la espera a su llegada, y acompañados y protegidos por una ex compañera de rubro de su padre, entre los jóvenes nace el amor.
El filme no plantea grandes innovaciones desde lo artístico, lo narrativo o lo actoral. Su estructura es clásica y más parecida al cine hollywoodense que al europeo, pero afortunadamente tiene el gusto y el humor francés. La historia es sólida, a pesar de que su planteo es más bien modesto. El filme es entretenido, ágil, divertido y del gusto popular (pero no por ello mal filme). Se destacan los punzantes diálogos y los duelos verbales sobre la cultura norteamericana y la francesa (que incluyen críticas y debates sobre política, religión y usos). Quelques Jours en Septembre fue el filme que mas me gustó de la competencia oficial ya que no defrauda en comparación a muchos de sus competidoras que ostentaban ser obras maestras del séptimo arte y no llegaban siquiera a ser arte.
Le rose del deserto (de Mario Monicelli): Desierto de Libia, 1940. Soldados italianos de una unidad sanitaria están convencidos de que se quedarán allí muy poco tiempo, ya que, al parecer, Italia está ganando la contienda. Con el pasar de los días se va haciendo evidente que la marcha victoriosa hacia Egipto se está convirtiendo en una fuga desordenada.
La primera impresión al ver el filme de Monicelli es la sensación de viejo, anticuado. La película parece estar hecha bajo los cánones del cine de la década del 40. Sumado a ello, La rosa del desierto, adolece de códigos cinematográficos específicos y de los avances en el lenguaje. Abundan, así, los grandes planos, el estilo teatral y un abundante contenido verbal. Sumado a ello la ideología del filme es bastante confusa. No solo es machista, sino que peca al presentar al régimen fascista de forma inocente y al echar las culpas solo a los alemanes.
Desde la técnica el filme tiene una correcta fotografía y un buen diseño de producción. Pero las escenas de batalla y guerra son tan inverosímiles que dan gracia; y no por que el filme se trate de una comedia (que en momentos roza lo payasesco y un humor muy infantil), sino porque todo resulta muy obsoleto y poco creible.
O maior amor do mundo (de Carlos Diegues): El filme trata la historia de un científico muy destacado que esta por morir a causa de una enfermedad terminal. Su vida ha sido signada por la tragedia. Fue hijo adoptivo de una familia acomodada y nunca conoció el amor. De regreso a Brasil, su padre le revela que fue producto de una relación con una mucama. Decidido a reconstruir su pasado se interna en las favelas y allí encuentra el amor.
Este filme no se parece en nada al último cine brasilero que venimos disfrutando por su crudeza, realismo y actitud. Luce más como una novela mexicana de las más ortodoxas. La visión de la realidad brasilera es muy inocente y no se condice en nada con la violencia, la pobreza y el malestar presentados en filmes como Ciudad de Dios o Carandirú. La historia es muy naif, previsible y contiene lo peor del melodrama televisivo. Las actuaciones son para el olvido.
La Peli (de Gustavo Postiglione): Diego es director de cine. Mientras se debate sobre como avanzar con un filme que está rodando, mantiene un romance pasional con una joven que le hace cambiar completamente el rumbo de su película. Cuando ella lo abandona, padece un crack que lo expulsa del mundo real.
El filme presenta un planteo de estilos, registros y entonaciones muy confuso, lo que provoca mucha confusión y el no entendimiento. Todo parece un collage. Pero en definitiva eso no estaría nada mal si al menos los parches estuviesen unidos de forma coherente y bajo un mismo criterio estético y narrativo. Sumado a ello, el filme es de una extensión extremadamente larga y por momentos se vuelve somnífero. Las actuaciones son muy desparejas, a pesar de contar con actores como Norman Brisky o Darío Grandinetti. Todo resulta poco tangible y sorpresivamente quien hace el mejor papel es Natalia Oreiro, que se luce en un pequeñísimo pero eficaz rol. También se destaca Jazmín Stuart.
Desde el aspecto técnico, La Peli luce como un trabajo práctico de primer año de la Escuela de Cine. La imagen es muy pobre y despojada, al igual que los encuadres.
The boss of it all (de Lars von Trier): El dueño de una empresa de información decide venderla. El único problema es que, al fundarla, inventó un prescíndete ficticio tras el cual ocultarse cada vez que era necesario tomar una decisión incómoda. Cuando los potenciales compradores insistan en hablar directamente con el presidente, no tendrá otra opción que contratar a un actor. El actor contratado no tardará en descubrir que simplemente una ficha en un juego que pone a prueba su talla moral.
No soy muy adepto al rebelde danés, ni mucho menos al cine del dogma. No tanto por su estética sino más bien por su temática. Creo que este es el mejor filme de Lars von Traer ya que debe habarlo filmado sin ningún compromiso, despojado de toda presión auto impuesta. En definitiva, debe habarlo hecho para divertirse. Y el disfrute del director se nota. El resultado es una muy divertida e inteligente comedia donde se destacan la dirección actoral y el trabajo escénico. Los diálogos son desopilantes, precisos y por sobre todo de un gran humor. Incluso el director dogmático se da el lujo de experimentar desde la puesta en cámara y en un “desprolijo” montaje. Otro tanto sucede con la narración, ya que se permite violar la ilusión cinematográfica al dejar al descubierto su presencia como director (mientras se sucede el relato en off que da comienzo al filme se puede ver reflejado en un vidrio al camarógrafo)
Proyectada en el marco de la sección Punto de Vista, fue, junto a Offside, el mejor filme de todo el festival; y, lejos, el mas ovacionado de todos.
Renaissance (de Christian Volckman): En un París laberíntico de 2054, donde todo es controlado y filmado, una joven científica es secuestrada. Ella es el objeto de una guerra clandestina y la clave de un protocolo que pone en juego el destino de toda la humanidad.
Un filme de animación para adultos. La historia no es innovadora, pero esta estructurada muy bien. Logra un muy buen suspenso y hasta presenta un par de giros inesperados en la trama. Pero sin lugar a dudas la historia es una excusa para desarrollar todo un estilo de animación deslumbrante. La estética en blanco y negro da una ilusión de volumen hipnótica. Muy destacado filme por su valentía en torno a la estética.
Pueden visitar la página del filme en: www.renaissance-movie.com
Offside (de Jafar Panahi): Partido final de las eliminatorias. Irán se juega su pase a Alemania 2006. Un grupo de chicas intenta ingresar al estadio, disfrazadas de hombres, para alentar a su seleccionado. En medio de su travesía son confinadas por los guardias de seguridad.
¿Alguien alguna vez ha visto una comedia iraní? Bueno, Offside es eso, una divertida, sincera y genuina comedia. Si bien el guión presenta varias fallas estructurales, las mismas pasan inadvertidas ya que del filme brota sentimiento del verdadero. Las actuaciones de las jóvenes son magníficas y el modo de interpretar los diálogos es grandioso. Offside se permite, desde la comedia humana, retratar la lucha de los derechos de las mujeres iraníes. Otro de los filmes fuertemente aplaudidos y ovacionados; y una de mis recomendaciones ya que dejarla pasar es un desperdicio.
También hay que destacar varios cortos que visioné, entre ellos Wigald (de Timon Modersohn), una tragicomedia sobre un joven que intenta suicidarse y nada le sale bien; Road Marks (de Shimon Sahi) un drama psicológico sobre un padre que se alimenta de la energía de su familia; y Angel Dust (de Guillaume Foresti) sobre una particular visión de la caída de las plumas de los ángeles. Pero el mejor corto de todos fue Undressing my mother (de Ken Wardrop), un documental sobre las percepciones de una mujer mayor sobre su cuerpo y la sexualidad. El director desnuda, literal y figurativamente, el interior y exterior de su madre.
Así mismo hubo varios filmes que quise ver y no pude. Algunos de ellos prometían: Los cuatro elementos, El cántico de las criaturas, Ciudad en celo (filme argentino proyectado en la competencia oficial), Ficción (de Cesc Gay), Invisible Waves, Belle Béte, La vida perra de Juanita Narboni, Morirse en domingo, The boy on a Galloping Horse, This film es not yet rated, Woman on the beach, etc.
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